Este miércoles 24 de octubre, el secretario general de la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos de Extremadura, UPA-UCE, Ignacio Huertas, ha declarado que la reforma de la política Agraria Comunitaria que se prepara para que entre en vigor como muy tarde en 2014, será muy perjudicial para los trabajadores del sector agrario. Critica que se vaya a sustituir la forma de pago único por una tarifa plana, que a su juicio supondrá una rebaja de más del 20% del total de las ayudas. Solicitan una prórroga de la PAC tal y como está ahora para poder realizar en los próximos años una serie de inversiones y poder adaptarse a los nuevos tiempos sin sufrir perjuicios en sus condiciones de trabajo.
Lo cierto es que en 2013 toca reforma de la Política Agrícola Comunitaria, que desde los años 50 ayuda a los agricultores de los países miembros de la Unión Europea. Con reformas en los 80, 90, 2003 y ahora en 2013, los trabajadores del sector agrario han tenido que ir adaptándose con esfuerzo a los nuevos tiempos a pesar de la mala fama que tienen en algunas corrientes de opinión de la sociedad.
Para conocer en profundidad la situación de los agricultores y ganaderos hemos realizado una interesante y esperemos que divulgativa entrevista a Javier Gonzalo Langa, Jefe de Servicio de Ayudas Sectoriales de la Dirección General de Política Agraria Comunitaria de la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Energía, del Gobierno de Extremadura. Para muchas personas la Política Agraria Común es algo desconocido. Pero lo cierto es que afecta a todos, pues nos alimentamos a diario.
-Pregunta. En 2003, la , la Política Agraria Común dio un giro importante y se dejó de ligar la cantidad de las ayudas que recibía cada agricultor directamente con la cantidad de producción. ¿Cree que esto garantiza un nivel de vida independientemente de las circunstancias a los trabajadores del campo, o por el contrario considera que esta decisión hace que muchas personas se relajen porque saben de seguro que van a cobrar?
-Respuesta. Lo que intentaba esa reforma que en España no entró en vigor hasta 2006, era orientar al agricultor al mercado. Se hace un pago único anual a estas personas. Lo que sucede es que hay años que no se alcanza la producción prevista por las condiciones de una comarca determinada, del suelo o climáticas. Este sistema por tanto tiene sus ventajas y sus inconvenientes. La ventaja es que asegura al agricultor una renta fija, aunque no solamente hay un pago único en la práctica, dado que suelen abonarse una serie de pagos acoplados. La parte negativa es que como en todas partes hay gente que se aprovecha y no trabaja por todo lo que cobra, lo que ocasiona una gran deslegitimación social a todo el sector, ya que se trata de subvenciones que se pagan con dinero público. Eso sí, estamos ante una minoría. Además, muchos agricultores preferirían unos precios razonables para ganar dinero en vez de meras ayudas públicas.
- Pr. La emisión de gases contaminantes por parte de los agricultores se ha reducido según cifras oficiales en un 20%. Las reformas de la PAC que se han ido haciendo han ido enfocadas en un mayor cuidado del medio ambiente. ¿Cree realmente que se trabaja para ello, o se trata de buenas intenciones que quedan en la teoría y no se llevan a la práctica?
- R. No solamente en el tema de la agricultura, sino que se avanza en otros muchos ámbitos. De hecho, en la reforma de 2003, se incluyeron una serie de requisitos que debían cumplir los agricultores para poder cobrar la PAC. Si no tomaban ciertas medidas para proteger el medio ambiente, se les descontaba un porcentaje de la ayuda total. EL dinero que se les paga a los agricultores es por ofrecer bienes a la sociedad, y que duda cabe que el cuidado del medio es un servicio muy importante. Otra gran ventaja que tiene la reforma del 2003 es que como se paga por superficie y no por producción, no se incrementa innecesariamente la cantidad de productos para cobrar más dinero. Eso sucedía antes, y además de que se perjudicaba al medio ambiente se derrochaban muchos alimentos.
- Pr. El pensamiento liberal apuesta por el libre mercado y por tanto, por que sobreviva el que pueda y quien no que se recicle y se dedique a otra cosa. ¿Qué les respondería usted al respecto?
- R. Que actuar así es muy peligroso, porque el sector agrario y ganadero tiene una serie de particularidades con respecto a otros sectores. Las condiciones climáticas variables, la atomización de las explotaciones, o los costes de producción, hacen que no siempre se pueda garantizar una renta mínima a los agricultores. La concentración de los productores de un mismo sector para garantizar un mínimo precio es algo que todavía está en pañales. Por todas estas circunstancias y otras, no se puede dejar al sector competir por sí solo en el mercado pues muchas producciones se tendrían que abandonar, la calidad se vería perjudicada y por supuesto el cuidado del medio ambiente. Por todo, estoy totalmente en contra del neoliberalismo salvaje. Hay que comprender las razones por las que se conceden ayudas, y este sector siempre las ha tenido.
-Pr. En 2013 toca reforma de la PAC, por lo que se abre un nuevo ciclo en 2014 para estas ayudas. ¿Por dónde irá esta nueva etapa? ¿Qué reforma sería la ideal según usted?
- R. Va a haber un pago único pero distinto al actual, según la Comisión Europea. No se tiene en cuenta en los pagos la producción sino que se paga por los hectómetros del territorio. En la actualidad este elemento es también muy importante, pero se tiene en cuenta la producción de los años anteriores. El sector agrario español no está de acuerdo con la reforma en una gran mayoría. Además, el 30% del total de las ayudas será en función del cumplimiento o no de una serie de requisitos que vayan orientados al cuidado del
medio ambiente. Las exigencias aumentan considerablemente. Se incluye un
aspecto importante como es un régimen de
pequeños agricultores, una ayuda a los jóvenes agricultores y continuará existiendo la posibilidad de que
parte de los pagos sigan siendo acoplados. Por tanto es una reforma que tiene
aspectos positivos pero también algunos muy negativos para España y para
Extremadura. Eso es lo que hay. Ahora bien, distinto es por donde debería ir.
Según mi opinión, el tema de la tasa plana por región es muy complicado en
España, puesto que tenemos unas producciones muy heterogéneas. Por un lado
están las de regadío, que tienen muchos costes de producción y generan también
muchos ingresos, y por otro lado hay producción de secano, que no genera tantos
ingresos. Por todo ello, la tasa plana que se quiere implantar puede dar lugar
a importantes desajustes. Así pues, la reforma de la PAC va a ser
muy complicada de aceptar por parte del sector agrario español.
Los cambios deberían abordar la
regulación del mercado, es decir, apoyar instrumentos que hicieran que los
precios de los productos fuesen menos fluctuantes.
- Pr. Llámelos como quiera, ajustes o
recortes comunitarios, pero díganos si están afectando o no a los fondos que
están destinados a ayudar a los trabajadores del sector agrario.
- R. Por el momento los fondos no han
disminuido, lo que se ha ido haciendo es nivelarlos a la evolución de la
inflación. Pero es de suponer que puedan disminuir por la coyuntura económica.
Si la pregunta es si los agricultores verán disminuidas sus ayudas, la
respuesta es que sí. Hay una mínima rebaja a la vista, y si la situación sigue
así, pues se producirán más ajustes.
- Pr. ¿Cómo es la situación particular de
Extremadura?
- R. En la Comunidad casi 75.000
agricultores solicitan anualmente la PAC. Tiene una importancia fundamental porque es
un apoyo, un seguro básico para poder seguir con sus explotaciones. Si no
existiera ese respaldo muchas explotaciones no podrían mantenerse.
Fuentes:
-
Agroterra.com
-
Entrevista telefónica con Javier Gonzalo Langa.
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