La crisis económica está asfixiando al sector de los medios de comunicación. Tras la construcción, el ámbito periodístico ha sido el que mayor porcentaje de empleo ha destruido, y el poco que se mantiene, cada vez es de mayor precariedad. Todo ello sumado a los permanentes cambios tecnológicos y en las formas de comunicarse de las personas, así como de informarse, amenazan seriamente la supervivencia del que antaño fuera el cuarto poder.
EL diario
El País, ha planteado un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con un recorte de 150 trabajadores de los 400 que tiene actualmente en plantilla. Las negociaciones han fracasado, por lo que durante tres días sus empleados están en huelga y ya han avisado en una nota que hasta el fin de semana no garantizan que el periódico pueda llegar a los kioscos de prensa de nuestro país. Según los trabajadores, no han dado marcha atrás en la convocatoria de esta huelga porque la dirección de la cabecera nacional de prisa solamente ha ofrecido disminuir el ERE en diez trabajadores. Este es sólo un ejemplo de los muchos ajustes de plantilla que se han llevado a cabo en el último mes únicamente. Otros son: Diario de Sevilla, Diario de Cádiz, Huelva Información, etc.
Los medios impresos cada vez venden menos debido a que por momentos la gente se pasa a las ediciones digitales de los medios tradicionales, e incluso a los diarios que únicamente publican en la red. Con este panorama, periódicos como Público han echado el cierre a su edición impresa para mantener la edición digital con poco más de una decena de trabajadores. Además, en lo que al resto de medios se refiere, cabe resaltar que como con la gran variedad de nuevos canales que se están introduciendo tanto en radio como en televisión, paulatinamente le corresponde a cada cadena un porcentaje menor de la tarta de las audiencias.
Pero no es el único drama para los medios el que estén perdiendo número de seguidores cuantitativamente hablando. No es el problema porque a fin de cuentas son cambios sociales que se están dando y que hacen que en vez de existir tres o cuatro medios haya muchos. Estas empresas además se agrupan en conglomerados multimedia, por lo que en suma el público de los medios no está decreciendo. La gran espada de Damocles que se cierne sobre el sector periodístico es el descenso imparable y a velocidad de vértigo en la inversión publicitaria por parte de los anunciantes. La crisis ha obligado a las empresas a recortar gastos, y la publicidad es una gran candidata a ser receptora de la tijera presupuestaria: recortes en publicidad, cuando no se elimina totalmente.
Este punto se refleja perfectamente si ponemos las cifras negro sobre blanco. Por ejemplo, si nos circunscribimos a 2007, momento en el que la crisis empieza, vemos que la inversión publicitaria de las empresas en los medios de comunicación era de casi 1.900 millones de euros. Según datos de Infoadex, en 2008 los ingresos por publicidad
por parte de los medios bajaron hasta los 1.507 millones de euros. En 2009, esta cifra se hundió hasta los 1.174 millones. Mientras que este número permaneció estancado en 2010, lo cual fue acogido como un éxito por parte del sector, en 2011 los recortes pisaron el acelerador en inversión publicitaria y los medios ingresaron solamente 967 millones de euros. Los principales analistas ya barajan para este año un tope de 700 millones de euros, por lo que parecen no tocar suelo estos descensos.
Todavía el escenario podría empeorar más si nos atenemos a que con la supresión de la paga extra de diciembre a los funcionarios habrá menos consumo y muchas empresas no tendrán esperanzas en que la gente consuma, por lo que no “derrocharán dinero en publicidad para nada”.
En plena debacle del consumo, tampoco invertirán decididamente las Administraciones, con sus propias cuitas. La evolución del dinero público destinado a publicidad así lo sugiere. Por ejemplo, el importe comprometido en 2007 para campañas institucionales se elevó a 268,08 millones. Un año después, la cuantía se redujo hasta 187,2. En 2009, los fondos se quedaron en 151,9 y, en 2010, en apenas 130,9. El último año del PSOE trajo consigo una reducción extra y sólo 80,4 millones. El Gobierno de Mariano Rajoy ha doblado el órdago: ‘apenas’ 35,3 millones en 2012. La tan codiciada publicidad de los Ministerios, otrora un salvavidas para la prensa, no está disponible.
El quinto poder
Tal y como decíamos al principio de este reportaje, la economía no es el único componente de la pésima situación en la que se encuentra la prensa. El ensayo “El quinto poder: información, comunicación y globalización”, de Ignacio Ramonet y Mauro Cerbino, trata amplia y profundamente la crisis económica que atraviesa España y en general toda la economía mundial, que está obligando a los medios de comunicación a tener que sustituir la que hasta hace aproximadamente una década era su lista de objetivos, los motivos por los cuales prestaban un servicio público a la sociedad.
En el texto se echa una mirada a las múltiples labores que desempeña un medio de comunicación. Así, destacan toda la parte tecnológica y técnica para que el producto salga adelante, los esfuerzos por conseguir difundir su mensaje y captar el mayor porcentaje de audiencias, la búsqueda de contenidos, etc. Entre todas las tareas, por la que ha llegado a ser en el pasado reciente el cuarto poder, es la de servir de contrapoder para el poder, valga la redundancia. Los medios eran el único vehículo mediante el cual la ciudadanía podía conocer los abusos, desmanes y delitos del poder judicial, legislativo y ejecutivo.
EL documento continúa resaltando como hace unos quince años dejó de servir a la causa de “meter el dedo en el ojo” a los poderosos para aliarse con él, pisoteando cada vez más a aquellos a los que decía y todavía aún dice servir el antaño cuarto poder: la
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Portada del Diario El País |
gente que no tiene voz. El ensayo aboga por la creación ahora de un quinto poder que sea capaz de enfrentarse con la misma firmeza que lo hacían los medios tradicionales en el pasado a los poderes gubernamentales y empresariales, y además a las empresas mediáticas que se han cambiado de bando sin avisar, en aras única y exclusivamente de su propio beneficio, que no solamente está con los gobiernos, sino con los grandes empresarios que forman una extensa tela de araña a cuyo frente se encuentran muy pocas manos, que poco a poco han conseguido ir haciéndose con el control de los medios de comunicación.
Con todo ello apuesta por el reciclaje de la actividad periodística y por tomar ejemplo de los países donde todavía el ejercicio del periodismo supone un riesgo, como es por ejemplo el caso de Colombia, Irán y una serie de dictaduras de todos los colores políticos.
En suma, el mensaje que traslada el ensayo y con lo que todo aquel que se precie de querer ser periodista de verdad no puede dejar de compartir al menos en líneas generales, es que debe volver a reinventarse el periodismo. El futuro no se sabe cual será, pero si no se empieza a actuar desde ya, entre la asfixia económica y la ausencia de valores y principios del verdadero periodismo, el mejor oficio del mundo corre el serio riesgo de desaparecer preso de los avances tecnológicos y de su propia idiocia y ceguera a la hora de percibir las demandas de la sociedad.
Fuentes:
- Ensayo “El quinto poder: información, comunicación y globalización de Ignacio Ramonet y Mauro Cerbino
- Datos publicados por Infoadex anualmente
- Artículo publicado en www.elconfidencial.com.