La tarde lluviosa en Sevilla no
evitó que se llenara el salón de actos del Hotel NH Convenciones, hasta el punto de que hubo personas que se
tuvieron que quedar sin silla para poder sentarse. El motivo era acudir al Foro
Diálogos por Andalucía. La conferencia llevaba por nombre “Alternativas al
modelo económico español”, y fue presentado por Manuel Herrera, quien dio paso
al responsable de la citada conferencia. El responsable de esta introducción advirtió
la valía del compareciente, y esgrimió una serie de datos que reflejaban con
meridiana claridad las dificultades económicas que estamos atravesando, y
comparó la coyuntura actual con crisis anteriores, haciendo hincapié en los
paralelismos. Para terminar, pronunció varias veces una frase de Valle-Inclán con insistencia para
hacer pensar al auditorio: “la desgracia de este país está en la chabacana
sensibilidad con la que los españoles se enfrentan a los enigmas de la vida”.
Asistentes acudiendo a la conferencia |
Además de los asuntos tributarios, el diputado
comunista dio una clase magistral que versaba sobre el funcionamiento del
capitalismo. Para que el sistema económico en el que vivimos funcione, es
necesario que se creen productos y servicios con ánimo lucrativo, se vendan y
contrate gente, y por supuesto para que todo ello funcione es necesario que
existan personas dispuestas a consumir. Cuando una de estas tres fases del
mecanismo falla, deja de funcionar correctamente y se produce una crisis
económica.
A pesar de que en repetidas ocasiones apostó
abiertamente por la salida del capitalismo, dijo que si queremos seguir
viviendo en él, la vía y las políticas actuales no son las correctas. Si se
necesita consumo e inversión, no se puede recortar porque el común de los
mortales deja de consumir y por tanto el engranaje del capitalismo no funciona
adecuadamente.
Alberto Garzón durante su intervención |
Un turno de preguntas por escrito sobre la
actualidad y un fuerte aplauso junto a unos canapés y unos refrescos pusieron
el broche de oro a lo que ya se anunciaba como una tarde provechosa. Si bien en
el auditorio había una mayoría de izquierdas, en ningún momento empleó un
lenguaje faltón hacia ninguno de los sectores ideológicos de la sociedad. El
respeto y los argumentos fueron su principal valuarte, frente al perfil mediocre de político al que cada
día los ciudadanos “padecen”, opinaron algunos de los asistentes. Por tanto,
estemos o no de acuerdo con Alberto garzón Espinosa, nadie puede decir que
estemos ante ningún indigente intelectual.
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