sábado, 10 de noviembre de 2012

Alberto Garzón: “la economía es siempre ideología”




La tarde lluviosa en Sevilla no evitó que se llenara el salón de actos del Hotel NH Convenciones,  hasta el punto de que hubo personas que se tuvieron que quedar sin silla para poder sentarse. El motivo era acudir al Foro Diálogos por Andalucía. La conferencia llevaba por nombre “Alternativas al modelo económico español”, y fue presentado por Manuel Herrera, quien dio paso al responsable de la citada conferencia. El responsable de esta introducción advirtió la valía del compareciente, y esgrimió una serie de datos que reflejaban con meridiana claridad las dificultades económicas que estamos atravesando, y comparó la coyuntura actual con crisis anteriores, haciendo hincapié en los paralelismos. Para terminar, pronunció varias veces una  frase de Valle-Inclán con insistencia para hacer pensar al auditorio: “la desgracia de este país está en la chabacana sensibilidad con la que los españoles se enfrentan a los enigmas de la vida”.
Asistentes acudiendo a la conferencia
 Alberto Garzón, diputado de Izquierda Unida, profesor e investigador en la Universidad Pablo de Olavide, licenciado en Economía por la Universidad de Málaga y miembro de las Juventudes Comunistas de España, comenzó sus palabras agradeciendo la presentación y la asistencia de los allí presentes. Acto seguido, aseguró que la economía es ideología siempre, y quien diga lo contrario miente. “La economía es el modo con el que se construye un modelo de sociedad, según la concepción de cada individuo, aseveró. “los impuestos son algo ideológico porque con ellos se pagan servicios públicos y se decide lo que se financia y no”, prosiguió Garzón.  Ampliando el tema de los tributos, dijo que es necesario que quienes más dinero tienen paguen más impuestos, puesto que quienes no tienen no poseen riqueza para aportar al conjunto del país. Criticó duramente a quienes desde un punto de vista neoliberal están en contra de las subidas de impuestos afirmando que la expresión “aumentar la presión fiscal” ya tiene una connotación negativa, sobre todo para quienes no están muy duchos en los asuntos económicos. “La palabra presión ya es negativa por sí sola. Hay que educar a la sociedad en que pagar impuestos no es algo malo”, sentenció. En el turno de preguntas se  posicionó a favor de subir el IRPF,, porque con él “pagan más quienes más ganan”, y en contra de subir el IVA, porque afecta a todos por igual.
 Además de los asuntos tributarios, el diputado comunista dio una clase magistral que versaba sobre el funcionamiento del capitalismo. Para que el sistema económico en el que vivimos funcione, es necesario que se creen productos y servicios con ánimo lucrativo, se vendan y contrate gente, y por supuesto para que todo ello funcione es necesario que existan personas dispuestas a consumir. Cuando una de estas tres fases del mecanismo falla, deja de funcionar correctamente y se produce una crisis económica.
 A pesar de que en repetidas ocasiones apostó abiertamente por la salida del capitalismo, dijo que si queremos seguir viviendo en él, la vía y las políticas actuales no son las correctas. Si se necesita consumo e inversión, no se puede recortar porque el común de los mortales deja de consumir y por tanto el engranaje del capitalismo no funciona adecuadamente.
Alberto Garzón durante su intervención
 En otro orden de cosas, y en referencia al modelo  de economía que antaño fuera el motor del crecimiento de nuestra economía, la construcción, explicó su pensamiento al respecto. Según Garzón, los europeos nos han obligado a dedicarnos al turismo y  a la construcción, para que no les hagamos sombra a países como Alemania o Francia en los ámbitos relacionados con la investigación, la farmacología, la educación, etc. Cree que la configuración actual de Europa no funciona, y a pesar de que la salida del euro sería muy dolorosa a corto y medio plazo y la deuda se multiplicaría, no pondría la mano en el fuego porque finalmente se tenga que poner fin a la tan traída y llevada moneda única. Desde luego, de lo que sí está seguro, es que no podemos seguir  aumentando la precariedad de la sociedad, porque o se acostumbra la gente gracias a la mayoría silenciosa y viviremos en condiciones penosas, o por el contrario se produce un fuerte estallido social de consecuencias incalculables. Particularmente cree que es la única de las soluciones posibles para poner  coto a la escalada de recortes sociales que padecemos los países periféricos.
 Un turno de preguntas por escrito sobre la actualidad y un fuerte aplauso junto a unos canapés y unos refrescos pusieron el broche de oro a lo que ya se anunciaba como una tarde provechosa. Si bien en el auditorio había una mayoría de izquierdas, en ningún momento empleó un lenguaje faltón hacia ninguno de los sectores ideológicos de la sociedad. El respeto y los argumentos fueron su principal valuarte, frente  al perfil mediocre de político al que cada día los ciudadanos “padecen”, opinaron algunos de los asistentes. Por tanto, estemos o no de acuerdo con Alberto garzón Espinosa, nadie puede decir que estemos ante ningún indigente intelectual.

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