Iag, compañía
aérea fruto de la unión entre Iberia y British, ha hecho pública su intención
de hacerse con Vueling, con una prima del 28%. La polémica está servida, y es
que muchas personas, sobre todo trabajadores de Iberia, consideran que esta
decisión es un error. Si lo es o no, no será dictaminado en estas líneas, pero
sí que cabe resaltar solamente un dato: para llevar a cabo esta operación, la
aerolínea española tendrá que hacer frente a un plan de viabilidad que supondrá
entre otras cosas el despido de la cuarta parte de sus trabajadores (4.500 en
concreto) y la rebaja de entre un 25 y
un 35% del salario de los casi 12.000 que conserven su empleo.
Negativa o positiva, el caso es que una
OPA viene siempre cargada de polémica en
muchos casos. Es deseable que en esta ocasión no suceda lo mismo que con la
oferta de compra de Endesa por parte de Gas Natural y la compañía energética
alemana E.on. Como bien dice el refranero castellano, “hay que conocer la
historia para no repetirla”. Así pues, conviene que hagamos memoria sobre un
capítulo político-económico que fue motivo de debate y en ocasiones de sonrojo
en España entre los años 2005 y 2007.
Los hechos
El cinco de septiembre de 2005, Gas Natural
lanza una oferta pública de adquisición de acciones (OPA) sobre la totalidad
del capital de Endesa a 21,30 euros por acción. El conjunto de acciones de una
compañía determina el valor de una empresa, en este caso de la eléctrica
Endesa. Posteriormente, y tras la aceptación de la Comisión Nacional
de Energía (CNE) de las condiciones de la OPA , entraron en juego la Comisión de Defensa de la Competencia , el
Gobierno de José luís Rodríguez Zapatero, las compañías E.On, Enel y Acciona, la Comisión Europea …
Con estos actores en escena el espectáculo estaba servido, a pesar del
deterioro de una empresa envuelta entre tantos rumores, ofertas y
contraofertas.
Entre críticas de quienes pensaban que era
innecesario que Gas Natural lanzara la
OPA hostil sobre
Endesa “tal y como estaba el panorama eléctrico español”, según afirmó en esos
momentos Manuel Pizarro, otrora presidente de la eléctrica española, en una
carta hecha pública, El Tribunal de Defensa de la Competencia (TDC)
rechazó la OPA de
Gas natural sobre Endesa. A pesar de esta decisión, el Ejecutivo de Zapatero
decidió dar luz verde a la operación empresarial en Consejo de Ministros. Esta
decisión, tomada el tres de febrero de 2006, imponía a Gas Natural la
obligación de desprenderse de algunos activos y de una cartera de un millón y
medio de clientes.
La situación se complicó todavía más si cabe
cuando la compañía eléctrica alemana E.On lanzó también una oferta de compra a
Endesa a 27,50 euros por acción, en una operación condicionada a la adquisición
de, al menos, el 50,01 por ciento del capital y a la supresión de las
limitaciones estatutarias que les suponían algunas dificultades. Tras este
órdago, un juzgado de lo mercantil de Madrid ordenó suspender la OPA de Gas Natural, tomando
así ventaja la empresa alemana.
El 23 de marzo de 2006, el Congreso de los
Diputados aprueba que la CNE
pueda vigilar la oferta de compra de la compañía alemana. Entre tanto, el
Tribunal Supremo suspendió el acuerdo del Consejo de Ministros que daba luz
verde a la compra de Endesa por parte de la catalana Gas Natural. Con todos los
movimientos realizados hasta el momento, las acusaciones al Gobierno de fuerte
proteccionismo, al PP de no defender a España e ir de “patriotas de pacotilla”,
no se hicieron esperar. Desde el primer momento la Comisión Europea
denunció la limitación de la competencia libre que estaba haciendo el Ejecutivo
del PSOE, y respaldó la oferta de E.On. Tanto es así, que finalmente España fue
multada por la Unión
Europea.
Ni E.On ni
Gas Natural
Tras tanta lucha empresarial, política y
también social, entraron en escena la constructora española Acciona y la
compañía energética italiana Enel, que primero compraron una parte de Endesa de
entorno al 20% entre las dos, y después lanzaron una OPA sobre el total de la compañía. El primer
actor que se retiró de escena fue Gas Natural, seguido de E.On, porque llegó a
un acuerdo con Acciona y Enel, a través del cual tendría bastante influencia en
Endesa. Así las cosas, el Ejecutivo y los organismos responsables de velar por
el respeto a la competencia en nuestro país, aceptaron esta vez la nueva oferta
Pública de Adquisición, aunque imponiendo una serie de condiciones que
posteriormente la
Comisión Europea denunció que eran demasiado fuertes y
exigentes. Dos de ellas eran que siguiera siendo una empresa autónoma y que
mantuviera su sede central dentro del territorio español.
Finalmente, la compra se llevó a cabo a un
precio de 40,16 euros por acción. Endesa fue expulsada del Ibex 35 el dos de
octubre de 2007, y la dimisión de su presidente el 18 de octubre de ese mismo ejercicio ponía
punto final a más de dos años de polémica y en los que como todavía no había
desembarcado la crisis económica, fue el tema estrella en las tertulias de este
ámbito. Pero no solamente sucedió esto entre economistas, sino que la polémica
de la OPA de Gas
Natural, E.On, Enel y Acciona caló también en gran parte de la sociedad,
convirtiéndose en uno de los temas más recurrentes junto a la aprobación del
matrimonio homosexual, o la negociación emergente con ETA.
Fuentes:
-
Hemeroteca de Expansión
-
www.abc.es
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